Aporta dinamismo a tus libros

Ordenar los libros por colección o tamaño da un efecto de “bien organizado”, pero puede convertir tu biblioteca en un bloque monolítico. Por supuesto, no se trata de separar los diez volúmenes de una enciclopedia o las obras completas de un autor. Pero para el resto, combinar libros de diferentes alturas y grosores aporta vida a las estanterías y refleja curiosidad intelectual.
Utiliza las portadas bonitas de los libros

Los libros de arte suelen lucir sobrecubiertas decorativas y llamativas. No dudes en utilizarlos como auténticos cuadros, colocando tus ejemplares más bonitos con la portada hacia fuera en las estanterías. Algunos libros de literatura también pueden desempeñar este papel por la elegancia de la edición o la belleza del título.
Introduce objetos inesperados en las baldas

Una estatua, un cuadro, un cochecito, una piedra pintada de rojo, una bola de nieve antigua encontrada en un mercadillo, un sujetalibros improvisado… Atrévete a alternar los espacios dedicados a los libros con otros de respiro, ocupados por objetos interesantes. Eso sí, evita los grandes huecos, ya que producen una incómoda sensación de vacío, salvo que quieras colocar un televisor en ese espacio.
Juega con el color

¿Y si ordenaras tus libros por color? Es una forma económica de decorar sin necesidad de accesorios adicionales. Eso sí, significa que tus estanterías deberán tener la misma altura para poder albergar libros de diferentes tamaños. Sin embargo, hay otras formas de aportar color a tu biblioteca: colocando objetos de tonos vivos, exhibiendo portadas agrupadas por la misma gama cromática, e incluso diseñando una biblioteca al estilo Mondrian.
Crea conexiones visuales con el resto del espacio

Un póster de una exposición que haga eco a una portada, una iluminación que destaque un objeto de arte en la estantería y otro encima de una cómoda... son ejemplos de cómo tu biblioteca puede integrarse en la decoración general. También puedes dar un nuevo uso a algunos libros y transformarlos en elementos decorativos: enmárcalos y cuélgalos a modo de cuadros, apílalos como ladrillos para hacer una mesa de centro... O bien, juega con grandes letras en la pared para hacer un guiño a la tipografía de tus libros.
Cambia regularmente la disposición de libros y objetos
¡Una biblioteca debe estar viva! Llegan nuevos libros, otros se van… Pero, sobre todo, es importante renovar su aspecto con frecuencia. Basta con mover algunos objetos, sustituir un libro de arte expuesto por otro, cambiar el sentido de algunos volúmenes (ponerlos en horizontal si estaban en vertical o viceversa), reorganizar los colores, modificar la orientación de la iluminación... ¡Nada más práctico que una biblioteca para renovar la decoración en cualquier momento!